miércoles, 20 de marzo de 2013

¿Cómo una chica normal descubre su verdadera identidad y se libera de sus dudas hasta descubrirse dómina de BDSM?



Hace ya muchos años una tierna niña se divertía torturando a sus congéneres. Cuando los profesores de primaria la castigaban por pegar, morder y tirarles la comida al suelo a sus compañeros, ella disfrutaba recordando como ellos sufrían al ver su cuerpo marcado por sus manos o por sus dientes infantiles.

Y así poco a poco se fue dando cuenta de que esos pensamientos infantiles seguían presentes en su día a día. De tal modo que fue creciendo y llegó su adolescencia, época de descubrimiento de uno mismo y de su sexualidad. Ella noche tras noche soñaba con cárceles donde presidiarios eran torturados por los agentes de la autoridad, al día siguiente se despertaba con su sexo empapado y unas ganas de desfogarse irrefrenables…

A la salida del instituto corría a su casa para encerrarse en su cuarto y ver por internet videos de prácticas sadomasoquistas donde siempre había un hilo conductor: ella la hembra dominante y cruel y él el varón inseguro de sí mismo y frágil deseando complacer en todo a su diosa.

Hasta que un día conoció a un hermoso varón de pelo cobrizo y ojos negros. Ella sintió en sus ojos esa esencia tan oculta a los ojos de los demás pero que ella pudo ver claramente, y cuando hubieron cruzado palabras y risas el decidió dar un paso más y pedirle el número para verla a solas. Y así fueron intimando hasta que él le descubrió su interés por el mundo del BDSM y ella confirmó que no se equivocaba cuando lo vio por primera vez.  Entonces él le preparó una sorpresa que jamás olvidará.

Entró en la habitación con los ojos tapados y expectantes. En la habitación hacía calor y se percibía olor a cuero, entonces la liberó de su ceguera y pudo ver ese habitáculo de paredes oscuras y elegante decoración. Donde los látigos y fustas eran los protagonistas.

Ella dejó caer su mirada y lo descubrió rendido a sus pies con los ojos clavados en ella, como si de una fuerza superior a ella se apoderara de su existencia, se dirigió al fondo de la habitación y alargó su mano para cogen una fusta con grabados dorados y de tacto suave. Se dirigió a él y antes de levantar su brazo para pegarle le dio un beso que escondía amor y deseo…

Al finalizar el encuentro, se descubrió frente a un espejo con una sonrisa inmensa en la cara y una sensación de triunfo que recorría su alma.

Y así fue como una tierna niña descubrió se descubrió a si misma sintiéndose al fin completa y llena de felicidad.

1 comentario:

  1. ¡Me ha encantado esta entrada! Después de haberme leído todo su blog, me ha gustado llegar al comienzo y descubrir cómo comenzó todo. Una bella historia y, lo mejor de todo, como nos la ha contado.
    Por cierto, a ver si se anima y retoma el blog, que me gusta leerla. Un saludo :).

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