Muchos
son los que han leído la famosísima trilogía. Como buena curiosa y porque me
gusta criticar sabiendo de lo que hablo he decidido leerme los tres libros. La
historia prácticamente todo el mundo la conoce, si en tu caso no has oído de
que trata ya te hago yo mi síntesis.
La historia
transcurre en la ciudad de Seattle donde el señor Grey es un multimillonario
dueño y señor de una importante empresa,
es entrevistado por Anastasia, una estudiante de último curso en la universidad
de la que el señor Grey es el mecenas.
El rico
y atractivo empresario queda desde el primer minuto prendado de la joven. Sigue
sus pasos desde la distancia la controla sin que ella lo sepa y siempre aparece
en el momento más oportuno y así, durante un brevísimo periodo de tiempo ella
queda rendida a sus pies. Pero, el esconde un gran secreto: necesita controlar
y azotar a una mujer para estar saciado.
En el
mundo íntimo del señor Grey los flogger, látigos, tapones anales y dildos son
una realidad que desde que era adolescente ha llevado consigo. Hasta que se
prenda de Anastasia y aunque una vez más la intenta doblegar y hacerla su
esclava, ella dudará si ceder a sus proposiciones o no.
Transcurrido
un tiempo ambos se enamoran perdidamente el uno del otro y Christian Grey
decide dejar a un lado el mundo del BDSM por su único amor, Anastasia Stelee.
Deciden casarse no sin antes pasar por fantasmas del pasado de Christian que
los atormentarán a ambos y harán mella en Anastasia, pero finalmente el amor se
impone sobre todo y todos.
La
feliz pareja pasa su luna de miel en Europa, como todas las parejas en esa
conjetura disfrutan de sus vacaciones y del sexo a partes iguales donde, de
cuando en cuando utilizan algunas prácticas de bondage de manera muy light.
Y así
va la feliz pareja derrochando ese amor idílico al más puro estilo
hollibudiense rebosante de pompa el cual cualquiera de los mortales no se traga
ni con agua cual placebo.
La
verdad no me sorprende nada el éxito que ha tenido entre el gran público.
Vainillas y BDSMeros han caído en las redes, por uno u otro motivo, de la trilogía más vendida por encima incluso
que La Biblia. Y ahora viene la película, sinceramente solo por reírme un rato
y ver la hipocresía de la gente merece la pena disfrutar del espectáculo y ver
a todas esas personas agolparse a la puerta de los cines para ver al señor Grey
pasearse sin camiseta y regalando miradas que hacen suspirar. Lo único que va a
ser una revelación es ver cómo se van a reflejar tantas escenas eróticas en una
película supongo que apta para menores de 18 años :D